junio 30 2018
Queridos míos:
A pesar de la continua reivindicación del ego de tener el poder de garantizar la felicidad mediante el ejercicio del control, la vida tiene el persistente e incómodo hábito de demostrar que cualquier control que presumamos tener es lamentablemente limitado. Irónicamente, incluso después de reconocerlo, la reacción común es intentar remediar la situación controlando aún más.
Muchas tradiciones espirituales tienen como ideal el ejemplo del Maestro Ascendido. La imagen es la de ascender a una posición más alta desde la cual presumiblemente es más fácil controlar (dominar) lo que está debajo. Es una visión atractiva para la parte de la psique que continúa creyendo (a pesar de la gran evidencia en sentido contrario) que la seguridad y el contentamiento se tienen cuando uno controla.
La Enseñanza Viva del Advaita está más interesada en la expansión que en la ascensión. Expandir supone incluir más DENTRO de uno mismo. En la expansión se revela un sentido de interconexión que es lo opuesto al dominio. La expansión tiene su raíz en el reconocimiento de la unidad de Lo Que Es.
A medida la expansión se produce, el control es reconocido como un rasgo útil de la vida humana pero ya no se da por supuesto que sea la característica que la define (limita). El control retoma su legitimo lugar como una función limitada dejando ser la solución suprema.
¡Ojalá os encontréis ahora!
Con amor,
Wayne